domingo, 6 de diciembre de 2015

El "árbol de los deseos" de La Eliza



Es típico ya en nuestra Navidad decorar casas y calles con luces de colores y árboles cargados de adornos. El origen de estos árboles, como nos cuentan en el blog "Ya está el listo que todo lo sabe", se cree que está en los pueblos celtas de Europa Central, que utilizaban árboles para representar a varios dioses y que coincidiendo con la fecha de nuestra Navidad cristiana celebraban el nacimiento del dios del Sol y la fertilidad, Frey, adornando un árbol en su honor. Este árbol se llamaba "Divino Idrasil" o Árbol del Universo", pues en su copa estaba el cielo y en sus raíces el infierno.

Divino Isadril o Árbol del Universo, de www.primerafila.com.ar

Entre los siglos VII y VVII después de Cristo será San Bonifacio, el evangelizador de Alemania, quien asimile esta tradición pagana a la cultura cristiana, cortando con un hacha un roble que representaba a Odín y sustituyéndolo por un pino, símbolo del amor de Dios (al ser perenne), adornado con manzanas (cómo símbolo del pecado original) y velas, la luz de Cristo.

San Bonifacio cortando el roble de Odín

Esta idea derivó en símbolo de la conmemoración del nacimiento de Cristo y se cree que el primer árbol de navidad tal y cómo los conocemos ahora apareció en Alemania en 1605. Desde Alemania fue expandiéndose la tradición hasta los países escandinavos y Gran Bretaña y de allí al resto del mundo occidental, acumulando con el tiempo nuevos significados y tradiciones, además de ser reflejo de la ilusión de cada hogar, pues es el lugar en el que se depositan los regalos y buenas intenciones que rodean estas fechas.


Es por tanto que los árboles de Navidad, como vemos una modificación de los árboles sagrados paganos, pueden ser a la vez un árbol de los deseos. Veamos por qué: en el blog "La Semilla del mañana" explican que ya en la antigüedad muchos pueblos tenían árboles sagrados, a los que otorgaban un valor religioso especial o espiritual y que utilizaban como objeto de deseos y ofrendas. Esta costumbre ha perdurado en algunas poblaciones hasta hoy, como en la zona de Argyll (Escocia), donde la tradición local ha dado lugar a la acumulación de cientos de monedas ―una por deseo― que se incrustan en el tronco y ramas de diferentes variedades de espino albar, o en otras poblaciones de Escocia y en regiones de Irlanda, donde las peticiones se efectúan en forma de prendas de ropa mojadas que son tendidas en los árboles de bosques cercanos a la ciudad, para así conseguir los favores de los dioses y otros poderes sobrenaturales.

Árbol con prendas colgadas en Munlochy, Escocia.(del blog "La Semilla del Mañana")
Ya que según las leyendas estos árboles conceden deseos a aquellos que les confían sus pensamientos, desde la Asociación queremos regalaros a todos la posibilidad de conseguir lo que más anheláis, sólo tenéis que acercaros a nuestro árbol, el “Árbol de los Deseos de La Eliza”, que desde el día 8 de diciembre estará colocado en la puerta de la iglesia, para que podáis atar vuestro lazo con un deseo anotado en él. 
Y después sólo queda esperar a que se haga realidad…. 
¡Feliz Navidad!